El reciente ataque a la candidata a la alcaldía de Tampacán Yizlen Sánchez y su esposo el diputado federal, Cristian Joaquín Sánchez Sánchez, ambos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), mientras se desplazaba con su familia en el mencionado municipio, es un alarmante recordatorio de la violencia que sigue permeando en la esfera política de nuestro país.
El incidente, en el que el vehículo que se transportaba la familia Sánchez, recibió cuatro impactos de bala. Esta situación representa un peligro no solo para la integridad física de los involucrados, sino también para el proceso electoral.
Es inaceptable que la participación en la vida política se vea ensombrecida por actos de violencia y amenazas.
Es especialmente preocupante el contexto de esta agresión, donde se menciona la rivalidad electoral como posible motivación. Las amenazas previas al candidato a diputado, han sido documentadas en redes sociales, y las acusaciones en el video denunciando a un candidato opositor, subrayan la gravedad del panorama.
Además, la cercanía de este incidente con las elecciones, a solo dos días del proceso electoral, genera una desestabilización indeseada en el ambiente político. No podemos permitir que estos hechos se presenten.
Es necesario que las autoridades investiguen a fondo este incidente y que se haga justicia. Las denuncias ya presentadas deben ser tomadas con la seriedad y celeridad que merecen. No podemos permitir que la intimidación y la violencia dicten el curso de nuestras elecciones y socaven la confianza en nuestras instituciones democráticas.
